Centinelas en tiempos de guerra
A comienzos de 1941 cuando la Segunda Guerra Mundial estaba en pleno desarrollo, aunque los Estados Unidos no entraban aún al conflicto, su flota mercante y la de otras naciones neutrales se dedicaban intensamente a las tareas de abastecer a las naciones aliadas de sus necesidades bélicas.
Chile aportaba en abundancia su cobre y salitre. Innumerables convoyes carguíos de este material salían apresurados de los puertos de Iquique, Taltal, Chañaral, Antofagasta y Tocopilla afrontando los rigores de la guerra. Era tarea de la Armada de Chile proteger las faenas y carga de los buques mercantes y escoltarlos hacia puntos de alta mar, donde formaban convoyes protegidos con rumbo a los EE.UU. y Europa.
En la riesgosa época, el destructor "Hyatt" había sido destinado al resguardo y protección de buques en la zona hasta el límite con el Perú. Con esta disposición del Alto Mando Naval su valerosa tripulación llegó a relevar a los destructores "Orella" y "Serrano" que se encontraban en la región. Estas actividades se reforzaron posteriormente con otros buques de la Marina de Chile, al entrar los EE.UU a la guerra, después del ataque japonés a la Base Naval de Pearl Harbor, en diciembre de 1941.
Los patrullajes y guardia de puerto se vieron incrementados con el auxilio a naves mercantes incendiándose al salir del puerto de Tocopilla, lo que hacía presentir sabotajes durante el embarque del salitre. En estas condiciones, el destructor "Hyatt" pasó el año nuevo en alta mar navegando, protegiendo la ruta de los mercantes extranjeros y la soberanía chilena en el conflicto. Misión que olvidada en el tiempo fue cumplida con honor y coraje por marinos chilenos, enalteciendo con ello la historia naval de Chile.