El 27 de septiembre de 2001 el detective Héctor Arenas Díaz acudió al despacho de la jueza Flora Sepúlveda, en el Tercer Juzgador del Crimen de Concepción, para entregarle oficialmente su informe que daba por resuelto, policialmente, el Caso Jorge Matute Johns.
El policía a cargo del equipo investigativo de la causa determinó 19 conclusiones, en las cuales planteaba, detalladamente, los hechos más relevantes en la desaparición del joven estudiante de la Universidad de Concepción y precisaba, con nombre y apellido, que tres jóvenes eran los responsables.
Transcurridos 12 años y casi 4 meses de aquel encuentro, el ahora profesor de la cátedra de Análisis de la Información Policial de la PDI, dice que a las conclusiones de su informe no le agregaría ni una coma, aunque sí le incorporaría otros elementos surgidos con el paso del tiempo que refuerzan aún más su tesis y convencimiento.
Por primera vez desde 2008, cuando debió enfrentar una querella por injurias y calumnias por parte de la familia de uno de los jóvenes procesados por obstrucción a la justicia (la que finalmente ganó), Héctor Arenas aceptó hablar públicamente del caso, asumiendo que, tras el anuncio del ministro en visita Jaime Solís de reabrir el sumario, su nombre y, principalmente, la investigación que encabezó, necesariamente, recobrarán relevancia.
-No hay ningún antecedente que modifique lo que planteamos en el informe ante la jueza (Flora) Sepúlveda. No hay ningún cambio en ese sentido. La solución al caso ya está y eso está en el proceso.
-Hay que dejar en claro que quien determina la participación de las personas no es la policía, sino los jueces. Y, en base a eso, la jueza determinó en su oportunidad que a ellos les cabía algún grado de responsabilidad en los hechos. De acuerdo a la información que pudimos obtener, en base a hechos que son claramente demostrables, podemos señalar que les cabe algún grado de responsabilidad, pero es la justicia la que debe determinar cuál es.
-Esto pasa primero por cuestiones técnicas. Para eventualmente llegar a un procesamiento hay que solucionar primero otro tipo de cosas, como establecer fehacientemente la causa de muerte. También está presente el riesgo de los plazos de prescripción de los delitos y, por supuesto, las personas que cometieron este delito lo saben perfectamente, por lo que si el caso sigue avanzando van a intentar poner alguna traba (como siempre lo han hecho) y acusar a un montón de personas. Incluso llegaron a acusar a José Miguel Insulza. Tienen un muy buen asesor comunicacional que les indicaba cómo hablar, qué hablar y cómo manejar los medios de comunicación principales.
-Trabajé con él, pero no soy quién para dar una opinión de un ministro de la Corte. Nosotros cumplimos nuestras funciones y ellos, en base a los antecedentes, son los que toman las determinaciones.
-La resolución del caso no pasa por eso. Va más allá. Va por aportes técnicos que podrían contribuir para comprobar lo que ya está en el proceso, porque la verdad del caso ya está.
-Sí. Esa diligencia es muy valiosa, principalmente para establecer la causa de muerte, porque sin eso no tenemos un delito, por muchos antecedentes que tengamos en el proceso. Intentamos en su momento proponer la idea del secuestro permanente el 2001, pero apareció el cuerpo el 2004 y como no se pudo establecer la causa de muerte, el caso quedó caratulado por muerte, sin apellido, sin poder determinar fehacientemente la participación de terceras personas.
-Año tras año se van registrando avances en materia forense, por lo que pienso que están hoy en mejores condiciones para poder entregar una posible causa de muerte.
-De acuerdo a lo que él mismo señaló en la misa, él tuvo acceso a un secreto de confesión y señaló claramente que eso le producía problemas. Él estaba afectado como ser humano. De alguna manera, apoyaba a María Teresa Johns. Él apeló a esta parte humana, independiente de su parte de sacerdote. Por lo que lo conozco, no va a cambiar su manera de pensar. Sus convicciones las tiene muy claras.
-Creo que él puede declarar, pero no creo que viole ese secreto de confesión. Tal vez, de alguna manera, podría dar indicaciones, algo general, pero él no se va a referir específicamente al secreto. Ellos están instruidos de esa manera y respeto su posición.
-Sí. En una etapa la iglesia nos apoyó mucho en la investigación, en el sentido de dar el refuerzo de que supiéramos que lo que estábamos haciendo estaba bien encaminado. La iglesia participó desde el principio. Nuestros primeros contactos fueron con el padre Puentes, a quien accedimos, y posteriormente él nos derivó donde el padre San Martín. Ellos reforzaron el que no pensáramos que estábamos culpando a personas equivocadas y también nos ayudaron a entender algunas cosas que debíamos buscar, no directamente, pero mediante algunos ejemplos, como la forma en la que había sido tirado el cuerpo, que lo habían lanzado entre más de dos personas, cosa que sabíamos mucho antes de que encontráramos el cuerpo. Ellos no violaron el secreto de confesión, pero sí ayudaron.
-Es que este caso opera con el sistema procesal antiguo. Si este caso hubiese sido visto bajo la matriz del nuevo procesamiento penal no me cabe duda que la situación hubiese sido completamente distinta. Pero, el caso continúa siendo visto con el sistema anterior, lo que complica mucho la forma de la valoración de la prueba.
-Sí, pero las personas que tienen un acceso condicionado a la información de un caso, como resultado de la mediatización, tienden a elaborar sus propias soluciones del caso. Pasan a ser parte del imaginario colectivo. Y estos antecedentes trascienden geográficamente. Por ejemplo, nos llegó varias veces el antecedente de que el cuerpo lo podrían haber quemado en el incinerador del hospital porque el dueño de la discoteque era médico. Y ese antecedente aparecía en Los Ángeles, en Talca. Pero, las personas van haciendo sus propias hipótesis para solucionar el caso. Además, hay personas que hacen prevalecer sus propios intereses por sobre los demás.
-Que el efecto mediático es alto. Cómo impacta en la investigación policial es grande. Por ejemplo, en el primer momento que salió insistentemente el tema de secuestro, se produjeron una serie de llamados que hablaban de eso. Pero, la ida de Jorge Matute a la discoteque fue algo circunstancial. No era planificada. Era más probable que su desaparición se debiera a un hecho fortuito. Pero que él asistiera a la discoteque de forma no planteada le resta un poco la probabilidad de que esto fuera planeado por terceros. Nos indica que hay más probabilidad de que esto se haya gestado ahí en el momento.
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-Para nada. Creo que fue un error comunicacional. Se dejó entrever que hay personas del ámbito criminal involucradas, que es la policía. Después hay una contradicción fundamental, porque lo que quiso decir es que eran personas vinculadas a organismos de seguridad. Ahí entró a prevalecer la forma de pensar de ella, más que antecedentes concretos del caso.
-Totalmente. En ciencia hay un principio que se llama la navaja de Ockham, que señala que entre dos hipótesis igualmente buenas que solucionan un problema dado siempre se va a escoger la más simple y la tendencia de la gente siempre es a ver confabulaciones. Esto es algo más simple que se gestó en la parte interior de la discoteque, que era pequeña. Allí había a lo menos unas ocho personas que conocían a Jorge Matute, que lo ubicaban y ¿por qué razón se iban a callar? Eso nos demuestra que el hecho ocurrió fuera de la discoteque, en el lugar del estacionamiento, donde hay testigos que ven a una persona que corre hacia la carretera siendo seguida por un grupo de jóvenes que le dice "te vamos a matar". Está claramente establecido en la investigación que la noche que ocurrió la desaparición un vehículo, que estaba al lado del automóvil en el cual llegó Jorge Matute, fue rayado y sus neumáticos fueron desinflados, por un problema distinto. Ahora, Jorge Matute en la rueda delantera derecha de su vehículo (los dos vehículos estaban enfrentándose) había dejado una promoción de trago y bebida, por lo que entraba y salía de la discoteque. Pensamos que él se percata de la situación cuando están rayando el otro vehículo y ahí le encuentran el trago, lo que sería el detonante de la controversia. Está descartado que hubiese policías adentro de la discoteque.
-Me queda claro que había preocupación gubernamental y en el Congreso Nacional. Había una comisión especial que estaba analizando el actuar policial frente al caso. Había preocupación por el caso, pero descarto participación de políticos.
-Es posible, pero depende de cómo sean las líneas de investigación que él se plantee.
-El crimen perfecto es aquel que se cometió y nunca se supo que existió. Tal vez podría existir una investigación imperfecta…
-Siempre las investigaciones son susceptibles. Esto se basa en hipótesis del tipo científico que se entienden como provisorias, falibles y perceptibles. Ninguna investigación policial escapa de esa lógica. La investigación policial que nosotros hicimos es de primer orden, bien estudiada, acabada, no hay reparos en eso y no creo que existan. El problema pasa porque está basado en un sistema donde la obtención de la prueba es absolutamente distinta a la nueva reforma procesal penal. Nosotros llegamos a establecer quiénes serían los responsables, por lo tanto, no fue una investigación imperfecta.