Alexis Figueroa propone mirada "postapocalíptica" del arte hecho en la zona
Internarse por la lectura de "Concepción: El imaginario postapocalíptico en el arte penquista actual" es enfrentarse a reflexiones certeras, citas a un cine memorable, tal como pueden resultar las imágenes de "Virus", cinta dirigida por Kinji Fukasaku en 1980; sin olvidar el valor del cortometraje "Deshabitado" dirigido por Francisco Olivares, estrenado en Balmaceda Audiovisual el año pasado.
En sus 85 páginas, sin embargo, las referencias no se paran, dando espacio a proyectos como el relato gráfico "Informe tunguska" y el aporte de la revista "Mocha", cuya entrega número 9 miró al futuro. Al nuestro de alguna manera.
Detrás de todas las iniciativas recién citada se repite un nombre: Alexis Figueroa, como sacado de "Alphaville", la película de Godard, puesto en el imaginario postapocalíptico del tiempo posterior al 27/F.
"Hace algún tiempo ya, que -producto de diferentes iniciativas artístico culturales en que me involucro- he ido conociendo más las historia de esta Región. Particularmente Concepción, como ciudad de "frontera". Ha sido un descubrimiento personal la riqueza de esta historia, que podría ser "nuestra historia", en contraste con la concepción "adánica" (de Adán) de su realidad, que tiene más o menos el penquista actual. Pareciera ser una ciudad sin memoria. Ni arquitectónica ni cultural ni artística, política, ni nada de nada. Sin embargo, hace unos pocos años, y por parte de generaciones jóvenes, aparece un valor positivo: El intento de investigar, percibir, hacer ciudad", resume Figueroa, sustentado así el nacimiento de este profundo ensayo.
LÍMITE Y APOCALIPSIS
Después de un año de investigación y recopilación de antecedentes, cruces y acciones, el autor dio forma a un texto, que se resume como una experiencia en terreno. Finalmente, y gracias a un proyecto Fondart, en el mercado circulan 400 ejemplares de un empaste para considerar como "de culto".
"He participado, he conocido, he visto diferentes eventos artísticos, que ejemplificaron la idea. Es decir, a partir de ellos es que se confecciona el proyecto. Y me refiero a Informe Tunguska (Romo/Bravo y Figueroa), a "Deshabitado" (República Portátil y Terkofilms) , "Pandemia" (de Bastian Brauning), "Memorias de un viajero imaginario" (Pablo Muñoz y Carlos Vergara), entre otros.
- En términos de investigación parte de la siguiente propuesta: "desde hace algunos años, el imaginario postapocalíptico se presenta como tema o motivo en el arte penquista". Aparentemente, esto podría ser el reconocimiento de un tema manifiesto e icónico en el mundo de los medios de imagen contemporáneos, especialmente permeado desde un constructo de la fantasía. Ahora bien ¿es la conjunción de estos contenidos mediales con los sucesos del acontecer natural del entorno penquista, lo que posibilita este afloramiento? En el transcurso de mi investigación, el asunto se volvió mucho menos sistémico y explicativo, transformándose el resultado en un mecanismos de diálogo y exposición.
CONJUNTO DE VOCES
En la pluma de Figueroa convergen varios puntos de vista, miradas. "El libro se conforma como una especie de polifonía, donde muchas voces -la de muertos y vivos consultados, leídos, citados, desde Tomás Harris a Rodrigo Alarcón, Jaime Giordano a Guillermo Cox- van articulando una imagen de nuestra ciudad. Una que increíblemente se mantiene a través de los años, en el linde del desastre y la destrucción.
- Esa es una pregunta que les hice a los seleccionados, que respondieran cómo y por qué instalaban este imaginario en las lindes penquistas. Las respuestas fueron variadas. Desde aquellos que veían este imaginario haciendo directo sentido con la historia de desastres sociales. Por ejemplo, el paisaje industrial en ruinas, indicador del fracaso de la modernidad industrial chilena, ampliamente expresada en la zona, baste recordar Tomé y Lota. También desastres naturales, las huellas del los terremotos y, especialmente, del último (con tsunami). Eso constituyó un espacio visual capaz de soportar discurso y relato, "teatralización", hasta aquellos que veían el asunto tan solo desde un plano instrumental. Como sea, el asunto es que la investigación se dibujó de otra manera, extendiendo su sentido mas allá del campo artístico, a lo que más bien llamaría una reflexión sobre el carácter, el ethos de nuestra ciudad.
- Lo mismo de siempre re reconstrucción y el olvido. En 10 años nadie recordará ni remotamente el suceso, y si lo recuerdan, será como un acontecimiento sucedido en otra galaxia o, por lo menos, en un Concepción que no es este Concepción. Como dice Rodrigo Alarcón en el libro, respecto de nuestra ciudad: "La historia de su traslado, sus abandonos y sus migraciones la señalan como una ciudad cuya genética cultural porta el deshabitado".