Gobierno subió impuestos a tarjetas de créditos y compra de dólares para turismo en el exterior, para evitar la salida de reservas.
Los argentinos que quieran comprar dólares para viajar al exterior deberán pagar un precio más alto que el cambio oficial y 35% de impuestos a sus compras con tarjetas de crédito, anunció ayer el gobierno, en un intento más por frenar la sangría de reservas.
El gobierno de Cristina Kirchner elevó de 20 a 35% la cuota por realizar compras fuera de Argentina.Además, decidió aplicar por "decisiones de política económica" ese mismo porcentaje a la adquisición de dólares, autorizada a cada viajero por la Administración Federal de Ingresos Públicos, según la resolución publicada en el Boletín Oficial.
El dólar se ayer a 6,13 pesos en el mercado oficial, por lo que la aplicación del 35% lo lleva a 8,28 pesos por dólar. Con el llamado "cepo cambiario" que rige en Argentina desde octubre de 2011, el gobierno prohibió las operaciones inmobiliarias en moneda extranjera y la adquisición del billete verde con fines de ahorro, además de fijar severos requisitos para quienes quieran comprar dólares para hacer turismo en el exterior.
Esa medida generó un mercado paralelo o del dólar "blue" en el que los argentinos pagan el billete estadounidense muy por encima del valor del dólar oficial (6,13 el oficial, 9,32 el paralelo).
El propósito del cerrojo cambiario que causó malestar en la clase media del país y dificultades a las empresas que trabajan con el exterior, fue frenar la fuga de capitales.
"Hay un drenaje de divisas que se da a través de operaciones de turismo. Tenemos que ser cuidadosos en la administración de reservas", declaró en la Casa Rosada el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.Con el objetivo de conseguir divisas, Capitanich llamó a los productores de soja, el principal bien de exportación de Argentina, a vender sus cosechas sin esperar ni especular.
El gobierno impulsa también un proyecto para gravar la venta de autos de lujo, embarcaciones y aviones, otro mercado que contribuye a la salida de capitales hacia las matrices de las firmas vendedoras.
Las medidas apuntan a frenar la sangría de dólares que promedia 1.000 millones de dólares mensuales en las reservas del Banco Central, que perdió en lo que va del año unos 10.000 millones de dólares.