A empresario le preocupa la creciente falta de telas, pese a existir importantes fábricas en esta misma zona.
Literalmente "a toda máquina", trabajan las operarias de la fabrica de Confecciones Gidi. Y es que una vez pasadas las fiestas de fin de año, ya tendrán que empezar a despachar los cientos de uniformes escolares a las más importantes multitiendas de la Región.
Aunque el trabajo no se detiene durante todo el año porque si no son los uniformes es la ropa industrial 0 institucional, hay una situación que se viene dando hace un tiempo y que hoy preocupa al destacado empresario penquista, Emilio Gidi Samur.
Hay problemas de abastecimiento de algodones, paños de lana y de telas especiales, como antiácidos y antiflamas (retardantes del fuego) lo que complica a los confeccionistas en general, señala.
Y a pesar de que hay importantes productores de telas de alta calidad en la zona, cuesta conseguirla, confirma.
Ha costado conseguirlas con los proveedores nacionales, que tampoco son tantos, agrega.
Es por eso que de inmediato plantea que sería muy importante establecer algún incentivo, alguna fórmula que permitiera recuperar a la industria textil nacional que llegó a tener 80 mil trabajadores.
"Tengo fe en que se hacerla renacer a través de nuevos desarrollos, con inversiones tecnológicas. Todavía existe mano de obra altamente calificada y capacidad productiva. Es cierto que existe una competencia asiática fuerte, pero podemos resucitar la actividad, nosotros como confeccionistas apostando a nichos bien especializados donde existe esa capacidad de competir, para abastecer al mercado interno y exportar nuestras líneas productivas", comenta.
En tal sentido, quiso manifestar su reconocimiento "a las empresas locales que confían en la calidad de nuestros productos".
Con esto se refería a las grandes tiendas que están entre sus principales clientes en el mercado del vestuario escolar, en especial a Ripley, que desde hace varios no sólo le abrió la puerta sino además le permitió entrar con la marca Gidi a ellas. "Tenemos un convenio y vendemos en las tiendas los uniformes escolares de 20 colegios de Concepción, Chillán, Los Ángeles y Temuco, y que empezarán a aparecer en las tiendas después de la Navidad.
A juicio de Emilio Gidi, esto también es parte de la Responsabilidad Social de las empresas que valoran a la industria nacional.
Esta estrategia de crecer a través de la diversificación de la producción, apuntando a nichos específicos, admite hay una labor titánica. Fue así que hace unos 8 años, la textil comenzó a desarrollar y prontamente a comercializar una línea de ropa industrial para la minería con un éxito creciente, que se basa no sólo en la calidad de los productos sino en la confianza de sus clientes de contar con la capacidad de respuesta y cumplimiento en las entregas.
Los contratos con los mineras son a dos años, renovables.
Los clientes también están en el sector gastronómico, universitario, clínico, centros de formación técnica, entre otros.
Dice que igual podría importar productos terminados, pero para él lo más importantes es seguir generando empleo en la zona.
Los orígenes de la empresa se iniciaron hace más de 40 años en la calle Freire 572, cuando él con 24 años y su esposa Miriam Nazar (19), se casaron y trabajaban atendiendo y administrando la tienda de sus padres, que se mantiene ahí, en el mismo lugar hasta el día de hoy.
Desde un comienzo pensaron en crear su propio negocio y lo primero fue adquirir una máquina de coser para empezar a hacer ropa. Y a pesar de todos los vaivenes que han enfrentado durante toda esta vida de trabajo juntos, sólo dice: "Me siento muy agradecido de Dios por eso".
Con 4 hijos y 11 nietos, uno ya en la universidad y otro integrándose a la empresa a tiempo parcial, rara vez abandona su oficina.
El trabajo del empresario no sólo se remite a las funciones propias de administrar una fábrica. Durante estos años también ha sido un importante aporte a la comunidad local, principalmente a través de la Corporación Cultural y Educacional Chileno- Árabe, como su presidente, y sin dejar nunca de lado su férreo compromiso con la causa palestina, cuna de sus padres y propia.
Con todo, le empresa cerrará el año con bastante buenos números. Prevé un crecimiento de 20% en ventas como en producción. Aunque declinó traducir el porcentaje a cifras de facturación.