Controversia en admisión
Tal parece que la justicia terminará, para variar, por dirimir los cambios que se introdujeron este año en el proceso de selección a las universidades del Cruch, debido a un director de liceo que hace declaraciones y amenaza con un recurso, después de una reunión en que los rectores de las universidades, con la ministra a la cabeza, intentan demostrarle su equivocación. Mala cosa.
El reclamo de los autodenominados "emblemáticos" considera que el ranking y las notas de la enseñanza media no constituyen un criterio equitativo para discriminar el talento de los postulantes a las universidades y deja a sus egresados en inferioridad de condiciones, porque según ellos "no regalan notas". Esto supone, gratuitamente y como contraargumento, que los demás colegios y liceos sí lo hacen.
Por el contrario, hasta hace poco los reclamos de los jóvenes y sus colegios provenían justamente de ese otro extremo. Se acusaba al sistema de admisión de ser inequitativo y se pedía al sistema de admisión y a la PSU que "nivelara la cancha". Se hizo examinar a esta prueba por una especie de inspector extranjero, que detectó lo que todos ya sabíamos, como lo dijo un ahora desalojado ministro: "una de las principales conclusiones del estudio es que la PSU refleja la gran inequidad de nuestro sistema educativo".
En verdad, esta es la más trágica consecuencia de la enorme inequidad que hemos tolerado en la enseñanza media en nuestro país.
Las universidades no son responsables directamente de lo que enseñan o no enseñan los establecimientos de enseñanza media, pero se les exige que seleccionen sesgadamente en favor de los menos preparados y que, al mismo tiempo, lo hagan de manera tal que seleccionen a los mejores, para asegurarles la permanencia en los difíciles primeros años. Sin embargo, cuando las universidades incorporan un mecanismo para seleccionar a los mejores talentos, independiente de la calidad de la enseñanza que han recibido y así "nivelar la cancha" de una forma éticamente impecable, entonces los "emblemáticos" capitalinos llevan las cosas a los tribunales, ante lo cual es válido preguntarse qué principios éticos respaldan estas acciones.
Los rectores del Cruch han hecho bien en proponer en todas sus universidades este último cambio. Los cuerpos colegiados de las universidades lo han entendido y adoptado después de evaluar modelos sobre la base de cambios menores que se hicieron en la admisión 2012 en este mismo sentido. En particular, el Consejo Académico de la Universidad de Concepción llegó a la convicción, basado en estos datos, que este cambio promovería una mayor equidad en el acceso de los mejores alumnos de todos los liceos y colegios, sin distinción.
Esperemos que esta vez la justicia esté del lado de los justos y no se entrabe con esto un proceso que busca lo que la enseñanza media definitivamente hoy no otorga: una mayor equidad en las oportunidades para nuestros jóvenes.