Hasta no hace muchos años el rol del hombre dentro de un modelo de familia tradicional era más bien proveer. Bajo esta mirada, la crianza y cuidado de los hijos recaía primordialmente en la madre y por tanto se asumía como la principal responsable de estas tareas y su importancia en el desarrollo de los niños y niñas es algo que nadie discute. Pero, esto desconoce lo fundamental que pueden ser y son los padres y su presencia desde las primeras etapas de vida de sus hijos.
Algo que ha ido cambiando en términos de una mayor participación de los hombres en la crianza y su involucramiento desde la gestación y en el parto, lo que tiene un gran efecto en términos de la fortaleza de los vínculos y un mejor desarrollo físico, mental y emocional de niños y niñas. No obstante, según plantea Yolanda Contreras, matrona y doctora en Salud Mental, la perspectiva que ha predominado en este ámbito es la de ver al hombre como un "colaborador" de la crianza y que lo que se requiere es verlo como un actor activo y tan protagónico como la madre.
Lo anterior significa no solo que se necesita un cambio de paradigma en que esté totalmente consciente a nivel social que el hombre no está ayudando, sino que está cumpliendo su rol; también implica reconocer que como tal tiene características y necesidades particulares que se deben considerar para propiciar su bienestar y para que pueda desarrollar las habilidades que le permitan cumplir de la mejor manera posible su paternidad, opina la también docente e investigadora de Obstetricia y Puericultura de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, donde dirige el Diplomado en Salud Primal.
Sobre esto, la experta sostiene que no se ha considerado y es un tema de interés reciente, que el hombre en su experiencia de paternidad, sobre todo cuando es la primera vez, vive múltiples cambios particulares que impactan en su salud mental y para sensibilizar al respecto manifiesta que "pese a que los hombres no viven las modificaciones biológicas que las mujeres experimentan en el embarazo, hay padres que se compenetran tanto con su pareja y tienen hasta síntomas asociados a la gestación durante los primeros meses. También hay padres que se ponen tan ansiosos como las madres respecto a las expectativas de este hijo, que muchas veces aparece sin ser planificado". Hay investigaciones que concluyen que algunos padres han experimentado también sentimientos de ser excluidos e incapacidad para enfrentar el proceso del parto, e incluso hay quienes perciben que su participación tuvo alguna influencia en la depresión post parto que padecieron sus parejas.
EN EL PARTO
Por ello, incluir el enfoque de masculinidad -cuando el progenitor está efectivamente presente y acompañando- desde los controles y talleres prenatales, y considerando sus necesidades particulares es clave para mejorar las experiencias y así también las herramientas que tengan para el beneficio de sus parejas e hijos, y de la triada que forman. Ésta es la base para lograr lo que realmente define como una paternidad activa, que es estar presente y disponible para los hijos para formar y fortalecer un vínculo afectivo que perdure toda la vida y que comienza a formarse desde las primeras etapas, es decir en la gestación y donde todo el periodo perinatal es de crítica importancia; temática que abordará Yolanda Contreras en un seminario sobre paternidad que se realizará el próximo 2 de julio y es organizado por la Universidad Católica de la Santísima Concepción.
En este sentido, la experiencia del parto en hombres que son padres por primera vez fue un tema que la doctora Contreras investigó junto a la matrona Leslie Molina, tesista del magíster de Salud Sexual y Reproductiva de la carrera donde es docente, y cumplió el rol de profesora guía.
Para ello adaptaron a la realidad local un instrumento creado en Suecia y se aplicó en un hospital público regional.
Sobre los resultados, cuenta que "se pudo observar que, efectivamente, los padres se involucran bien con su pareja porque participan del trabajo de parto y del parto; que el periodo previo al parto están tan ansiosos como las madres; y que en general el parto vaginal les da mucha más tranquilidad que uno por cesárea debido a las urgencias fetales y maternas de esta intervención".
Relevante es que el estudio demostró que los padres "quieren participar y reconocen la necesidad de sentirse seguros acerca de la atención obstétrica que reciben sus mujeres", destaca, y que aquellos que recibieron más apoyo e información del sistema de salud presentaron una menor preocupación a la hora del parto.
DESAFÍOS
Los resultados de este estudio plantean como desafío que el personal se capacite en paternidad y nacimiento para mejorar sus habilidades y así puedan identificar las necesidades de la esfera psicoemocional que exprese el padre, y que además lo integre en todas las oportunidades posibles en todo el proceso, lo que permite que los padres asuman un acompañamiento activo en el parto.
En este sentido, un reto para tener información más profunda en relación a la experiencia del padre en el parto es aplicar el instrumento en más sitios de Chile, afirma Yolanda Contreras.
Pero, sobre todo considera "un desafío sanitario dar atención al varón en el periodo perinatal, igual como se le da la madre, y así cuidamos la triada", sobre lo que afirma que hay muchos que sufren depresión, pero que no se pesquisa a diferencia de las mujeres; y que un postnatal de 5 días no favorece a la paternidad activa y debería ser un periodo más extenso. Por tanto, es necesario avanzar en estudios y en políticas públicas para generar estrategias e intervenciones específicas para los padres, finaliza.