Ngünetun mewulen, o el poder de los tornados
Cuesta que la actual sociedad comprenda el poder o el newen que posee la tierra y sus espíritus, más aún en un mundo globalizado que ha tendido a la estandarización de las creencias y los valores, uniformándolos. Sin embargo, cuando ocurre un fenómeno como el vivido estos últimos días, todos se preguntan ¿por qué?, y ¿qué es lo que está pasando?
Nuestros antepasados mapuche tuvieron la capacidad de entender, interpretar y comprender el mapu dumgun, es decir, la forma de cómo se manifiesta la tierra, en un lenguaje propio que se aprende a través de la observación, y poniendo en práctica lo aprendido para rearticular y equilibrar los elementos positivos y negativos presentes en la vida.
Para el Pueblo Mapuche todo lo que existe en la naturaleza tiene vida, tiene un por qué. Así, están los ngüen, los dueños o cuidadores de cada espacio y cosas creadas en el wall mapu (país mapuche). Son los ngüen los que van regulando el equilibrio en la naturaleza. Para tomar una decisión siempre es necesario observar el comportamiento y las características de la tierra, entender el mapu dumgun, su lenguaje.
Se dice que el mewulen, tornado o remolino, es un espíritu negativo que cada cierto tiempo recorre un camino natural por donde siempre ha pasado. El mewulen vive en las alturas de la cordillera, donde existen familias enteras de remolinos. Los más pequeños son traviesos y juguetones, y a medida que van creciendo, se transforman en espíritus más fuertes, pero también traicioneros. No permiten que nada o nadie se interponga en su camino. Cuando un mapuche ve que viene o se levanta un remolino o tornado, solo debe dejar que pase libremente por su camino, eso se llama welukünü, es decir, dejarlo pasar por el lado izquierdo de la persona sin intervenir en nada. Si algo se interpone en su camino, lo destruye, demostrando su ira y poder.
Los pu mewulen (remolinos) tienen diferentes comportamientos y fuerzas. Hay inofensivos y tranquilos, pero también están los de mayor poder destructivo, como aquellos que vienen del dewiñ (volcán) y los que vienen del lavfken (mar), estos últimos conocidos como trombas marinas. Además, los mewulen poseen el espíritu de tralkan wenu (truenos del cielo), dueños de territorios donde su dominio es absoluto. Sus fuerzas se acompañan de truenos y rayos, todo se oscurece, y dejan caer agua en forma de lluvia. Son los encargados de mantener el control del espacio de abajo.
El newen mapu o fuerzas de la tierra, son espíritus o energías naturales. Sin embargo, la colonización cristiana al ver que nuestros mayores le temían o respetaban, asociaron que dentro de este círculo de viento viajaba el diablo, y fue así que se les indicó: "si ven un remolino deben poner sus dedos en forma de cruz y decirle… aléjate diablo".
¿Qué reflexión se puede extraer como mapuche al ver lo sucedido estos días en las ciudades de Los Ángeles, Concepción y Talcahuano? Que se están ocupando espacios naturales donde siempre han circulado los diferentes tipos de newen (energía) de la tierra. Si reflexionamos, tralkan wenu significa trueno del universo, este posee espíritus que controlan los espacios de abajo que se conectan con lugares de protección, como son los menüko (humedales), trayenko (cascadas), lil (acantilados), mawuida (cordillera), lemun (bosques naturales), wüvf ko (vertientes), leuvfu (ríos), entonces, es natural lo que está pasando, y que sin duda seguirá pasando. Es más, tralkan wenu, hoy conocido como Talcahuano, es el lugar donde se inicia el paso de ngünetun mewulen (el poder de los tornados), terminando su recorrido en nawel vüta o cordillera de Nahuelbuta, y claro, en esta oportunidad encontró a su paso construcciones, viviendas y vehículos que impedían su movimiento. Los Mapuche generalmente observamos en invierno dónde construir una ruka (casa), para no transgredir los espacios de los ngüen (dueños o cuidadores de las cosas). Es en esta fecha que aflora el ad (forma íntegra) de la mapu (tierra).
Lamentablemente esta sociedad no considera algo tan básico como la observación de la naturaleza antes de llevar a cabo una obra. Las inmobiliarias edifican sobre humedales, rellenando y construyendo casas o edificios que más tarde son sus dueños quienes sufren las consecuencias. Lo mismo ocurre con las carreteras que pasan sobre lugares sagrados de nuestros ancestros. ¿Cuándo será el día que esta nueva sociedad se dé el tiempo de observar, pensar y analizar cómo hacer bien las cosas y evitar que las fuerzas de la naturaleza nos cobren por las malas decisiones.
Asesor cultural
Universidad del Bío-Bío