Estilos de crianza y su influencia en el desarrollo infantil
Hoy sabemos de la importancia significativa que tienen los estilos de crianza que desarrollan los padres y de las condiciones y las oportunidades que dan a sus hijos, principalmente durante sus primeros 3 años de vida. Asimismo, el entorno cercano y el tipo de cuidado es un poderoso factor que podría influir positivamente en el desarrollo a través del cual van descubriendo todas sus capacidades para lograr una armoniosa interacción en su hogar y los ambientes que le rodean. Un estilo de crianza sobreprotector, entendido éste como una alta exigencia paterna en el cuidado, un control excesivo de la autonomía del niño y particularmente en lo que se refiere a su movilidad, puede influenciar negativamente, teniendo como consecuencia niños sedentarios, obesos, inseguros aspectos que determinarán en gran medida cómo será su desarrollo posterior y los determinantes de su salud física y emocional.
En la actualidad, la salud pública nos muestra evidencia preocupante de obesidad, sedentarismo infantil y las consecuencias de aquello. Es frente a este escenario que como profesionales del área tenemos un importante rol.
Uno de los aspectos que está influyendo en este estilo sobreprotector es la limitación de la movilidad libre del lactante. Ejemplo de ello es utilizar mucha ropa que limita su movilidad, el uso de andadores y sillas reclinadas, mucho tiempo frente a artículos electrónicos sumamente atractivos que podrían retrasar o limitar sus capacidades tanto sensoriales, motoras, cognitivas, emocionales y sociales de acuerdo a la etapa del desarrollo que está viviendo. Este "moverse libremente" implica un espacio adecuado, tanto en el hogar como en su comunidad, los que actualmente observamos cada vez más restringidos o inadecuados como jugar en una blanda cama que limita su movilidad, en lugar del suelo o ciudades de cemento en vez de más parques. Así, vamos construyendo un niño que se habitúa a moverse menos promoviendo así el sedentarismo, el riesgo de obesidad y el poco desarrollo de habilidades psicomotrices que favorezcan su autonomía temprana.
Educar a los padres para que permitan que sus hijos "se muevan en libertad" desde sus primeros días de vida es una tarea necesaria que nos planteamos los profesionales que trabajamos con niños y niñas y que debe incorporarse plenamente en la crianza de hoy, con una madre y padre presentes y cercanos, pero no invasivos. Que transmitan afecto, confianza, seguridad y que le promuevan desde pequeño que sea el protagonista de su propio desarrollo y sus capacidades individuales, porque ningún niño es igual a otro. Tiempo para el juego espontáneo, activo y libre en su hogar y especialmente en contacto con la naturaleza, serán experiencias que irán enriqueciendo su desarrollo y permitiendo formar niños y luego adultos sanos en cuerpo y espíritu.
Programa
Interdisciplinario de Protección
Integral de la
Infancia y
Adolescencia, UdeC