La huella de Primal Scream en los surcos del rock penquista
El rock inglés desde Los Beatles o Stones, pasando por la new wave o la invasión noventera de grupos como Blur, Oasis o Pulp ha dejado una huella indeleble en la escena musical penquista. Esto, tanto paralas bandas como para los melómanos más empedernidos, muchos de los cuales hoy aplauden la posibilidad de ver a los escoceses Primal Scream en REC, Rock en Conce, en un show masivo y gratuito: para muchos es un sueño que se cumple.
Si bien no es un grupo con la fama de los casos mencionados, en Concepción su influencia es clara para quienes a principio de los 90 estaban al tanto de las propuestas más innovadoras que llegaban desde el viejo continente. El caso de Los Santos Dumont es el más llamativo y evidente. Se suman otros que, además de integrar sonoridades y mezclas, comparten esa osadía compositiva que ha hecho de su líder Bobby Gillespie un verdadero ícono contemporáneo.
Los más actualizados conocieron a Primal Scream a fines de los 80, teniendo como referencia el proyecto anterior de Gillespie, Jesus and Mary Chain. Sin embargo, en aquel entonces las influencias británicas más notorias iban por el lado del new wave, tal como recuerda Jorge Mendoza Ríos. En ese entonces era parte de una escena radial alternativa que incluía a espacios como "La nueva dimensión", "La ampolleta encendida" o "La nueva oreja".
"En 'La nueva oreja' no alcanzamos a tocar a Primal, pero sí bastante Jesus and Mary Chain, banda que tuvo harta repercusión en la onda noise. La tendencia acá iba más por el lado de la new wave, el postpunk de Stranglers o Echo and the Bunnymen. Obviamente, grupos referenciales como The Cure o The Smiths que influenciaron a bandas como Los Cuatro Amigos del Doctor. Yo supe de Primal Scream, porque en ese entonces era manager de La Casa de los Sueños, y ahí el tecladista Marcel Molina era fanático de ellos", recordó.
"SANTOSDÉLICA"
Tras La Casa de los Sueños, Marcel Molina fue tecladista de Santos Dumont, grupo que además tenía a nombres como los ex Emociones Clandestinas Mauricio Melo e Iván Molina; todos ellos fanáticos de Primal Scream.
Molina, hoy radicado en Europa, era fan de Gillespie desde Jesus and Mary Chain. Como era socio del Instituto Chileno Británico, sacaba la revista New Musical Express sólo con una semana de atraso respecto a Inglaterra. Quedó fascinado con la figura del escocés y con el espectacular vuelco que dio desde la batería a ser un carismático frontman.
"Recibimos bastante a tiempo los discos", recuerda el guitarrista Mauricio Melo. El disco 'Screamadelica' (1991) lo encargamos apenas salió. A los Santos Dumont nos influenció enormemente ese trabajo, porque era un disco que, a diferencia de los anteriores que eran más guitarreados e incluso influenciados por The Byrds o el glam, tenía nuevos elementos como la electrónica y el acidhouse", recordó.
Allí, agregó trabajó Alex Patterson de The Orb, lo que los hizo poner atención en todo el movimiento de la música electrónica que estaba partiendo por esa época. "Nos abrió una puerta sensitiva y creativa que se potenció con el aporte de Marcel Molina. Así surge un tema 'El primer día del año', del disco "Un día en el ático" que no tiene nada que ver con el resto de nuestra música y que es muy electrónico", contó Mauricio Melo.
AMIGOS DESDE MÉXICO
En aquel ambiente melómano se produce el acercamiento del guitarrista de Los Bunkers, Mauricio Durán con la banda de Gillespie, incluyendo lazos de amistad que se mantienen hasta hoy.
"La primera vez que los escuché fue a través de César Altamirano, que trabajaba en la disquería Fusión por 1995, y donde tenían discos que no estaban en el resto de las tiendas. Andaba pegado con 'Screamadélica', así como Stone Roses, a quienes yo no conocía muy bien. El otro recuerdo es llegando a Santiago (2000), allá nos recibió Iván Molina de Los Santos Dumont, quien estaba muy pegado con Exterminator".
"Lo que me llamó la atención fue el desprejuicio, eso de hacer siempre discos distintos y adelantados a tendencias que se fueron dando después. En el caso de 'Screamadelica' la combinación de sicodelia con house y electrónica fue notable. Una obra mayor. Y después con 'Exterminator' o 'Vanishing point' surge algo mucho más duro, casi como ciberpunk. Hasta el día de hoy meten todo en la juguera, pero siempre en base a la calidad de las composiciones", comentó.
El guitarrista y hoy miembro de Lanza Internacional mantiene fresco el recuerdo de cuando conoció al grupo, incluso, terminaron festejando juntos. "En su última visita a Ciudad de México estábamos con mi mujer y un amigo en una taquería y nos encontramos con ellos. Llegaron a comer desde el aeropuerto. Como nosotros los conocíamos les empezamos a enviar rondas de tequila que recibían y saludaban a lo lejos. Mi amigo fue al baño y conversaron un poco, luego pasaron por nuestra mesa y nos preguntaron si conocíamos algún bar", contó el ex Bunker.
"Era muy tarde, y fuimos a la casa de mi amigo Jorge Trejo con Andrew, el guitarrista, y con técnicos, y nos pasamos la noche hablando de música y libros. Al otro día fue el concierto y fuimos al show en el Plaza, y cuando terminó el técnico nos ubicó y nos llevó al backstage a tomar cerveza. Luego armamos una pequeña fiesta donde podían escuchar lo que les gustara, incluso disjokear. Se armó una buena onda y mantuvimos los contactos hasta hoy. Son muy alivianados y buenos tipos", agregó.
"No creo que se note su influencia en Los Bunkers, pero sí en Lanza Internacional tanto en la forma como en el fondo; en esa sensación de aventura, de ir mezclando estilos. Con Los Bunkers puede que se comparta una raíz 'stoniana' pero en el caso de Lanza, los tres integrantes somos fanáticos y admiramos su trabajo. Es una suerte haberlos conocido y espero poder reencontrarme con ellos en el REC", finalizó Durán.