Calidad en la construcción de viviendas debe considerar materiales y el entorno
El acceso a la viviendas es un derecho. Así lo establece el orden jurídico chileno y la declaración de los derechos humanos. Es por eso que existen programas de subsidio que permiten acceder a ella. En ese sentido, después del caso de Copeva en los años 90 ha habido un proceso de cambios y mejoras en las condiciones de la vivienda, sobre todo en términos de materiales involucrados y la habitabilidad, algo que ha sido sistemático hasta ahora.
Hace unos días, el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, presentó el proyecto de una Inmobiliaria Popular que busca dar una solución digna a personas que viven allegadas en Recoleta. La construcción comenzaría en marzo del próximo año y la idea ha sido aplaudida por varios y criticada por otros.
Ahora, independiente de este proyecto u otro, el foco está en la calidad de las construcciones. Al respecto, Carlos Aguirre, director de la Escuela de Construcción Civil Universidad de Las Américas (Udla), dijo que siempre está la duda y el problema respecto del valor del subsidio, es decir, cómo lograr pagar tanto el precio del suelo, y por tanto el acceso a los atributos urbanos, más el valor de la vivienda, donde se pagan los atributos de construcción.
Aseguró que en la escuela que lidera "hemos trabajado en aquello, tratando de identificar cuáles son los traspasos y los valores totales para poder construir viviendas con determinados estándares térmicos y de habitabilidad, los cuales implican la ocupación de materiales que se pueden entender de mejor calidad o que entreguen un mayor estándar a la vivienda".
ACOTADO
A su juicio,la construcción de la vivienda social se desarrolla con costos bastante acotados, por lo que resultan inmuebles que cumplen al mínimo los requerimientos solicitados, que son los estructurales y los de habitabilidad.
Respecto a lo primero, indicó que la construcción en Chile es de muy buen estándar y eso se puede reflejar, por ejemplo, en que las viviendas resisten temblores y terremotos constantemente. Sin embargo, a su juicio existen dos que aún están pendientes, como la habitabilidad, especialmente en el parque construido, es decir, viviendas de todo tipo, incluidas las que han hecho uso de un subsidio en el pasado. En ellas existe una deficiencia histórica, que si bien en los últimos años ha mejorado gracias a los programas PPPF (Protección del Patrimonio Familiar) falta mucho por hacer, en especial en cuanto cobertura, flexibilidad y alcances del programa.
El segundo, sostuvo que son los elementos de certificación, particularmente de desempeño de viviendas. "Fuera de un par de investigaciones de Fondecyt y Fondef, que no han tenido impacto en la industria, estamos poco avanzados y, por lo tanto, no se sabe muy bien cómo pueden funcionar las viviendas a lo largo del tiempo. No obstante, sí hemos avanzado en la precalificación energética, que nos permite tener una línea base sobre la cual comparar las viviendas a lo largo del tiempo y protocolos para una certificación posterior", apuntó.
Por ende, ¿hay preocupación por la calidad de las viviendas? Para el profesional sí existe un desvelo generalizado por la construcción de viviendas al definir ciertos estándares de calidad en todos los programas sociales, que apuntan a nuevas propiedades. Así, ha existido una mejora sistemática de los estándares en los diferentes gobiernos desde el 2000 en adelante.
Sin embargo, aclaró que es necesario detenerse en el parque construido, sobre todo ahora que existen los subsidios de ampliación y eficiencia energética, entre otros, que impactan positivamente en el parque construido. Por ejemplo, la utilización del PPPF en viviendas sociales de los años 60 y 70 es relevante y necesaria, ya que se necesitan intervenciones, tanto en instalaciones, como en mejoras de envolvente para enfrentar los desafíos actuales.
NORMA TÉRMICA
Aparte, destacó que existe un estándar de aislación, sobre todo desde la definición de la norma térmica del año 2006, que fija transmitancias límites para viviendas por zona climática. "Esto asegura que el sistema vivienda, cualesquiera sean los materiales que se utilicen, deben probar que cumplen esta transmitancia al sostener que las viviendas cuentan con 20 grados al interior, por lo existe un nivel de confort relativamente razonable dentro de la vivienda", destacó.
Explicó que para dejar claro, la transmitancia de muros y pisos, es la capacidad de la vivienda de perder calor; entre más alta la transmitancia la vivienda pierde el calor interior con mayor facilidad y, por tanto es más ineficiente para mantener la temperatura de 20 grados dentro. Sin embargo, cabe mencionar que la aislación, si bien funciona muy bien para el frío, tiene problemas en época de calor, produciéndose un fenómeno de sobrecalentamiento. El equilibrio entre la pérdida y ganancia de calor es importante, por lo que este problema técnico requiere ser revisado.
A su vez, Pía Cruz, broker deRE/MAX Dream de Concepción, cree que que poder darles la opción de vivir mejor a las personas es muy bueno y "nosotros apoyamos eso obviamente, pero hay que tener muy en claro qué tipo de construcción y materiales se usarán, además de dónde se ubicarán. Independiente de si las viviendas son populares o no los materiales de constitución deben estar regulados y con las certificaciones mínimas de acuerdo a el estándar requerido en Chile debido a que es un país sísmico principalmente".
SE NOTA
Añadió que los materiales que se usan para este tipo de viviendas no es que sean deficientes. Dijo que hay muchas regulaciones y certificaciones que exigen estándares mínimos en las construcciones. Eso sí, estimó que los materiales que se ocupan son de menor calidad que los edificios de inmobiliarias particulares. Esto se nota en la fatiga de los materiales y en la poca aislación por dar un ejemplo.
Desde la mirada del corretaje de propiedades, manifestó que lo esencial en estos casos es la calidad de vida que no solamente se ve reflejada en el carácter de la construcción o en el tipo de materiales que se ocupan. "Una cosa muy importante y que aporta mucho más son los entornos donde se construye. Levantar un edificio en algún terreno es fácil, lo difícil o más complejo es hacer un proyecto de vivienda y de entorno que contenga parques en buen estado, conectividad vial, cercanía a centros hospitalarios, seguridad, recreación, etc. Si bien obviamente estamos preocupados por la calidad de viviendas, nos preocupa más el entorno que se les da porque eso si realmente impacta en la calidad de vida de las personas", remarcó.