En largas filas, chilenos se despiden de Nicanor Parra
Una gran cantidad de personas hicieron largas filas ayer frente a la Catedral de Santiago para despedir los restos de Nicanor Parra, creador de la antipoesía y una de las plumas más influyentes de Latinoamérica. Esto, en el masivo velorio abierto a todo el público que quisiera acercarse a brindarle un último adiós al físico y escritor.
Parra falleció el martes, a los 103 años, por causas que aún se desconocen. El abogado de la familia, Luis Ferrada, señaló el mismo día que la única complicación de salud que Parra había experimentado en el último tiempo fue una infección urinaria que lo obligó a ir a la Clínica Alemana la semana pasada.
Luego de su deceso, la Presidenta Michelle Bachelet decretó dos días de duelo nacional.
CONCURRIDO VELORIO
El ataúd con los restos del denominado antipoeta fue trasladado ayer desde su residencia en la comuna de La Reina hasta el centro de la ciudad, a un costado de la plaza de Armas donde se levanta el principal templo católico del país.
Hacia el mediodía, y bajo el intenso calor de enero, centenares de chilenos, incluso, turistas extranjeros, esperaron en una larga fila que rodeaba la Catedral para ingresar a despedir a Parra.
En la mañana estuvo la Presidenta Bachelet y el Presidente electo, Sebastián Piñera, para despedir al poeta nacional, entre otros asistentes.
Parra fue acompañado en la iglesia por sus familiares más cercanos, entre ellos su nieto Cristóbal "Tololo" Ugarte, mientras sonaba la música de su hermana Violeta. El féretro, ubicado en la bajada del altar, fue cubierto con una frazada hecha de coloridos pedazos de género confeccionada hace más de 30 años por su madre, Clara Sandoval, quien se ganaba la vida como modista.
El mismo "Tololo", leyó un par de poemas de su fallecido y reconocido abuelo: "Epitafio" y "Hay una luz". Luego, su hija, Colombina, interpretó en guitarra dos canciones de su tía Violeta.
En 1969, el antipoeta dejó claros sus deseos para cuando la gente tuviera que darle el último adiós. La creación, incluida en su texto "Obra gruesa", se llamó "Últimas instrucciones". En él, Parra explicó sus peticiones respecto a su velorio y posterior funeral.
"Háganme el favor de velarme como es debido, dáse por entendido que en La Reina al aire libre detrás del garage", comienzan las palabras del autor. También solicitó que en su velorio hubiesen "zapatos de fútbol, una bacinica floreada, sus gafas negras y una Biblia".
Su funeral se realizará en Las Cruces.