El Gran Concepción, y particularmente las principales ciudades de Chile, han experimentado durante los últimos años un acelerado crecimiento demográfico, el que a priori ha sido mucho mayor que el observado en décadas anteriores. De hecho, la intercomuna destinó entre 1996 y 2007 un total de 1.068 hectáreas de su suelo para la instalación de residencias, lo que desde entonces ha ido en aumento.
Ello ha tenido en general buenos resultados a nivel nacional, sobre todo desde la perspectiva del aumento del consumo y la expansión del comercio, pero también ha propiciado indirectamente la pérdida de la identidad de sus habitantes, y la despreocupación por el desarrollo de las competencias sociales, también conocidas por "habilidades blandas".
Ello quedó demostrado tras la publicación de los resultados de la prueba PISA: Habilidades para resolver problemas en equipo, la que reveló que la capacidad de los estudiantes chilenos a la hora de enfrentar y resolver dificultades está aún por debajo del promedio de los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El estudio detalla además que dichas deficiencias se ven hoy reflejadas en las dificultades que los jóvenes tienen para dividir con efectividad el trabajo e incorporar más fuentes de conocimientos.
Concretamente, la evaluación otorgó a Chile 457 puntos, lo que le ubica 43 unidades por debajo del resto de los miembros de la entidad internacional, y 35 por sobre el resto de Latinoamérica, lo que es visto con preocupación por la psicóloga educacional de la Universidad San Sebastián (USS), Daisy Contreras.
"El sistema educativo claramente está planteado desde una mirada individualista y competitiva. Por lo tanto, el estudiante hoy trabaja solo y rivalizado con sus compañeros, bajo la idea de obtener una mejor calificación. No se fomenta la colaboración ni la solidaridad, y se excluye a aquellos que tuvieron el privilegio de nacer en contextos culturalmente más ricos, o que tienen competencias cognitivas normales o sobresalientes", explicó la docente.
Problema de base
El fomento del desarrollo de las competencias sociales es un quehacer que durante mucho tiempo permaneció fuera de las prioridades del Ministerio de Educación. Sin embargo, dichas nociones volvieron a la discusión tras la entrada en vigencia del decreto Nº 83/2015, el que aprobó diversos criterios y orientaciones para la diversificación de la enseñanza.
A pesar de la reforma, que tuvo como ejes centrales la introducción obligatoria de la inclusión, el aprendizaje cooperativo y los encargados de convivencia, Contreras puntualiza que aún falta avanzar en torno a la capacitación de todos los elementos humanos involucrados en los contextos educativos, con la finalidad de que éstos cuenten con mayores herramientas para inculcar el trabajo en equipo.
En esa línea, lo principal sería generar un cambio de paradigma, el que esté basado en dejar atrás la creencia de que el profesor es sólo un especialista que transmite conocimientos a sus alumnos. Al respecto, la profesional explicó: "El estudiante, independiente de que no tenga los mismos conocimientos que el pedagogo, también puede enseñar a sus compañeros. Desde esa base se debe capacitar a los educadores en el desarrollo de ciertas estrategias, que también permitan que los niños aprendan que hay otros que piensan distinto, y que deben respetar y aprovechar esas diferencias", añadió la Contreras.
Otra de las oportunidades para la introducción efectiva de las habilidades blandas al sistema escolar está representada por la formación inicial docente. A pesar de que actualmente las mallas curriculares incluyen algunas asignaturas de psicología, el nivel de los contenidos sigue siendo bastante básico, por lo que mejorar los métodos de enseñanza de los riesgos psicosociales, la justicia, la cooperación, la solidaridad y el respeto sigue siendo una cuenta pendiente de parte de los planteles superiores.
Ello no sólo permitiría mejorar el nivel de los egresados, sino que también cambiar de raíz la forma en que los establecimientos llevan a cabo las planificaciones de contenido. En ese sentido, Contreras explicó que: "los equipos directivos deberían conceder los espacios de reflexión pedagógica que permitan debatir acerca de estos temas. No existe una estrategia mágica para desarrollar la cooperación entre pares, sino que cada comunidad debe reflexionar sobre sus prácticas, y generar esquemas que sean más apropiados para sus estudiantes".
Demanda creciente
La realización de evaluaciones psicológicas en las selecciones de personal se ha vuelto una práctica cada vez más común en las empresas. A pesar de que en ellas se recogen varios datos cualitativos, la decisión final de la contratación pasa generalmente por temas cuantitativos, como los años de experiencia y de estudios de cada postulante.
Para Nelson Lay, quien es consultor y psicólogo organizacional, dicho enfoque ha perpetuado que las áreas de recursos humanos estén más orientadas a los resultados, al rendimiento y la eficacia de los trabajadores, en lugar de dedicarse a evaluar la idoneidad de estos últimos para cada puesto. El también docente de la Universidad Andrés Bello enfatizó en que: "a nivel de tejido social de las organizaciones, todavía no está instaurado el tema de desarrollar las habilidades blandas. Las empresas tampoco están dispuestas a hacer cosas muy distintas, porque hasta el día de hoy no desean invertir dinero en realizar, por ejemplo, estudios de cultura, a pesar de que están desesperadas por disminuir los riesgos psicosociales".
Por lo mismo, Lay destacó que es cada vez más frecuente encontrarse con que las empresas demandan ciertas competencias sociales específicas a la hora de seleccionar su personal, pero que todavía se trata de un tema muy pragmático. La mejor forma de avanzar en esta línea, según el profesional, está representada por la posibilidad de romper la dicotomía existente entre los procesos de selección, que mayoritariamente están basados en temas cuantitativos, y las causales históricas por las que los trabajadores deciden dejar cada organización, las que son principalmente cualitativas.