Papel, leche, jugo o lavalozas, todos de uso habitual y conocidos por las personas, de la mano de la experiencia y conocimientos de Héctor Fasoli, se han transformado en causa de asombro y también motivación de muchos.
Y es que estos elementos son algunos de los protagonistas de los experimentos que realiza el científico argentino, doctor en Química, que presenta como trucos mágicos, pero son el ejemplo tangible de que la ciencia no sólo está encerrada en un laboratorio repleto de tubos de ensayo, sino mucho más cerca de las personas de lo que se suele pensar.
"Con estos experimentos es posible mostrar fenómenos que ocurren comúnmente y darles una explicación química, porque hay mucha química en la vida cotidiana y eso es algo muy importante de transmitir. Prácticamente no habría desarrollo sin la química, sin embargo la gente no termina de darse cuenta", afirmó el director del Laboratorio de Química y Ciencia Ambiental de la Facultad de Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica Argentina y también profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires. Siguiendo ese planteamiento, aseveró que "las personas están convencidas de que la tecnología es clave, pero no se da cuenta que detrás de cualquier implemento o dispositivo hay física, biología o química". Y lo mismo sucede al cocinar, al desplazarse en un vehículo e incluso al caminar, pues hay una explicación científica en prácticamente todo lo que hacemos.
DE UNIVERSITARIOS
A ESCOLARES
Durante esta semana Fasoli maravilló con sus trucos a alumnos del Colegio Concepción Pedro de Valdivia y hace dos años realizó la misma actividad en la Universidad de Concepción como invitado de la Facultad de Ciencias Químicas, instancia en la que si bien hubo escolares, estuvo dedicada a quienes se estaban formando en esa área de la ciencia y que fueron los que inspiraron, pero al otro lado de la cordillera de Los Andes, a este científico a desarrollar esta experiencia en su rol de profesor de estudiantes de Ingeniería Química. No pensó que iba a traspasar fronteras; de una sala de clases universitaria a la de un colegio, de Argentina a Chile.
Todo se originó cuando comenzó a hacer experimentos en las clases teóricas que impartía, algo que no es común, para mostrar el experimento y luego explicar la teoría. El objetivo, precisó, era motivar a los estudiantes y lo logró. Eso le hizo pensar que los podía presentar como si fueran hechos mágicos y nació el taller que llamó "Experimentos de magia, trucos de químico", orientado a profesores secundarios para que conocieran esta herramienta motivadora para empezar una clase y despertar el interés de los alumnos por la ciencia.
-No tengo muy claro qué efecto puede tener en la enseñanza, pero creo que el secreto está en que cada profesor pueda mejorarlo, adaptarlo y sacarle provecho. Yo lo hice para mejorar mis clases y surtieron efectos motivacionales en los estudiantes, ellos esperan el experimento y cuando por falta de tiempo no se realizan, se quedan como decepcionados. Pero, si cada profesor lo implementa, espero que le encuentre su propia aplicación según sus intereses y de los alumnos.
-Quiero que a la gente le interese la ciencia, que forme parte de la cultura actual, de la formación básica de cualquier persona y no que sea algo de algunos elegidos, que en realidad no somos pocos, que se hayan dedicado a esto. Creo que hay un nivel medio de cultura que debería tener todo el mundo y las ciencias tienen que formar parte de la cultura general, tal como sucede con las humanidades.
Yo tuve en el colegio secundario un Bachillerato muy amplio, historia, geografía, etcétera, y le estoy muy agradecido a todos los profesores que me formaron en las cosas en las que no me especialicé, porque si no hubiera sido por ellos no sabría muchas de las cosas que ahora sé y que me permiten dar un contexto a la ciencia, porque la ciencia no está aislada de la sociedad ni de lo que pasa en el mundo. Uno puede ser científico, pero debe conocer su ambiente. Esto, entonces, también a la inversa.
-Salvo alguien que se dedique a la ultra especialización, no veo que esto sea lejano, porque también un escritor es una persona muy especializada en esta actividad, por ejemplo.
Esto forma parte del esquema cultural: se habla de ciencias duras y ciencias blandas, y ahí hay un juicio de valor. ¿Por qué son duras las ciencias a las que llamamos así?, ¿porque le resulta más difícil al común de la gente? No, creo que es porque les resultan menos familiares y pienso que es porque no la conocieron desde muy chiquitos. Pero, si a un niño desde muy pequeño se le enseña a observar la naturaleza, a hacer experimentos simples, va a formar parte de su vida cotidiana.
-Creo que hay muchos esfuerzos y que son valiosos, y lo que falta es que estos se aúnen y formen parte integral del sistema cultural y educativo, y no de un proyecto de un determinado colegio, por ejemplo.
Y los experimentos en clases son, además de una buena herramienta pedagógica, una forma de familiarizar a los estudiantes con la ciencia tempranamente.