En Chile, prácticamente 9 de cada 10 habitantes no realizan actividad física de forma permanente. Entre las razones que aducen para no moverse están los factores climáticos como el frío invernal.
Para evitar la inactividad física en esta época, se necesita con urgencia educar hábitos de vida activos y de cuidados de la salud, con el fin de impedir la aparición de enfermedades producto de las bajas temperaturas. El momento evolutivo más propicio para construir hábitos de vida saludable es, sin duda, la niñez y es cuando más necesitamos estar sanos para así crecer y desarrollarnos plena y alegremente.
En ese contexto, la OMS, desde el año 2010, recomienda para los menores al menos 60 minutos de actividad física diaria, idealmente de tipo aeróbico como correr, andar en bicicleta, nadar, caminar, entre otras y que, por supuesto, se puede hacer en familia, lo que eleva el nivel de adherencia. Además, se enfatiza que se deben realizar ejercitaciones que fortalezcan nuestros músculos y articulaciones, al menos tres veces por semana. En este caso debemos pensar en ejercicios que involucren saltar, correr a alta velocidad, lanzamientos, recepciones, transporte de objetos, encontrando como escenario ideal los juegos típicos de la edad infantil. Un espacio privilegiado sería, entonces, la clase de Educación Física y la práctica deportiva extra-curricular.
Es importante recalcar que las clases de Educación Física no bastan para cubrir las recomendaciones de actividad física infantil, debiéndose asumir nuevas responsabilidades fuera del horario obligatorio. Debido a lo anterior es fundamental que los padres y madres incorporen a sus hijos en actividades extra-curriculares, teniendo en cuenta cuidados básicos, para que así nuestros pequeños puedan optar a una mejor salud y a un óptimo desarrollo de todas sus capacidades físicas, sociales, emocionales y cognitivas.