Se ha dado a conocer que en octubre deberían estar terminados los trabajos que se realizan para el mejoramiento del Parque Ecuador, un proyecto destinado a potenciar la actividad deportiva, la patrimonial y la recreación para los niños.

El parque de diez cuadras de extensión es uno de los pulmones verdes y lugar de esparcimiento que tiene Concepción. Hasta 1939, se denominaba Parque Alameda, pero tras el terremoto de ese año, las autoridades de la ciudad decidieron cambiarle nombre, en reconocimiento a la gran ayuda prestada por Ecuador al proceso de reconstrucción.

Los trabajos pretenden hacer más notoria la segmentación de ese paseo, de manera que en un primer sector, desde Prat hasta Lincoyán, se acentúe la práctica de actividades deportivas, con canchas mejor iluminadas. A continuación, desde Lincoyán hasta Colo Colo se destaca el área patrimonial, con la Galería de la Historia, donde una colección de dioramas permite conocer en forma entretenida la historia de la ciudad. También hará mantención a los monumentos, como el del prócer de la Independencia, Juan Martínez de Rozas, y el que rinde homenaje a los penquistas de origen francés que fallecieron en la Primera Guerra Mundial. Y finalmente, entre Colo Colo y Tucapel, se reforzará el segmento destinado a los niños, con los juegos, el tren infantil y entretenciones para menores con discapacidad.

Los trabajos que se efectúan durante los siete meses que se desarrollará el proyecto, permitirán también integrar a las personas con capacidades especiales y a la tercera edad. El proyecto intervendrá más de 88 mil metros cuadrados e incluye reposición de áreas verdes, instalación de iluminación LED, reemplazo del mobiliario urbano, conservación de árboles, recuperación de juegos infantiles e instalación de otros para discapacitados.

El Parque Ecuador permite a las familias desarrollar actividades de todo tipo. Así lo han entendido y por ello -especialmente los fines de semana- es posible ver a muchas personas disfrutando de este sector, ubicado a los pies del Cerro Caracol.

Este paseo demuestra un cambio cultural y entrega un ejemplo de diversidad para la ciudadanía, que debe entender que el parque le pertenece y que cuando estén terminados los trabajos deberán esmerarse por su cuidado.

Nuestro país ha logrado una estabilidad macroeconómica que permite mirar con menos incertidumbre el futuro. Sin embargo, el ritmo de expansión de nuestra economía es aún moderado como para permitirnos alcanzar el nivel de vida que la población espera en los años que vienen y, lo que es más, aún mantenemos altos niveles de inequidad en el acceso a ese progreso, lo que compromete el objetivo del desarrollo y amenaza la paz social.

Los niveles de ahorro e inversión ya no parecen ser suficientes por si solos para permitirnos dar ese gran salto, además se requiere que incrementemos significativamente nuestra productividad y que seamos innovadores y emprendedores, para generar los cambios tecnológicos y las mejoras en la provisión de bienes público que nos permitan aprovechar de mejor forma nuestros recursos y talentos.

Como respuesta a esa necesidad, la semana pasada se envió al Congreso el proyecto de ley que modifica el sistema tributario actual. El nuevo cuerpo legal persigue incrementar los recursos fiscales para financiar estas reformas, aumentando la base tributaria y adoptando medidas para lograr que quienes tienen que pagar impuestos efectivamente lo hagan y en los montos que corresponda, además de acentuar la progresividad buscando que la mayor contribución sea realizada por quienes cuentan con ingresos más altos.

Aunque al comienzo se debatió si el nuevo contexto macroeconómico nacional efectivamente permitirá que la reforma genere los recursos que el gobierno espera recaudar, el debate muy pronto giró "al como quedo yo, ante todos estos cambios" y la defensa de distintos grupos de interés.

Mi opinión es que esta reforma es lo suficientemente gradual para permitir que los principales afectados se ajusten paulatinamente a estos cambios, minimizando por esta vía los efectos derivados de la alteración en la estructura impositiva actual, y también los es desde el punto de vista de su progresividad, por lo que a pesar de que los informes sugieren que el incremento sustancial de la carga tributaria se concentrará en el 10% más rico de la población, este cambio por sí solo no asegura una mejora sustantiva de la distribución de la renta, porque su efecto final dependerá de cómo ese mayor gasto impactará los ingresos del otro 90% de la población.

Por lo tanto, espero que muy pronto sea posible debatir respecto a los temas que realmente influirán en el devenir futuro de nuestra población y que dicen relación con la forma como se emplearán estos recursos para generar un cambio sustantivo en la igualdad de oportunidades y el aprovechamiento de los talentos nacionales.